Nos morimos y tan contentos
Otro año más las estadísticas nos informan de que mueren más personas de las que nacen, por lo que España pierde habitantes a un ritmo rápido y único en su historia. La noticia es para preocuparse, pero nos quedamos tan contentos, pensando que no es nuestro problema, sin ser conscientes del drama de la situación: un país con menos población y envejecido que debe afrontar problemas muy complejos y de difícil solución. Nos va a afectar a todos los ciudadanos y va a provocar un cambio radical en la gestión de los recursos públicos, en el estado del bienestar, en los cuidados a las personas y en la calidad de vida. En resumen, todos vamos a sufrir las consecuencias de lo que Alejandro Macarrón llama el ‘suicidio demográfico’.
Editorial: Amaya Azcona, Directora General de Fundación REDMADRE
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