Estamos acostumbrados a escuchar noticias sobre maltrato a mujeres. La sociedad está más concienciada sobre la gravedad del problema y la necesidad de educar a las personas en el respeto al otro. Pero dentro del maltrato a mujeres no se habla prácticamente nada de un tipo de maltrato especialísimo por las circunstancias de las personas implicadas, me refiero al maltrato a las mujeres embarazadas. En este caso hay dos víctimas: la mujer y el hijo que está gestando. Desde Fundación REDMADRE pedimos un protocolo específico de atención a mujeres embarazadas maltratadas con grave riesgo y que en él se contemple también la protección del nasciturus.

La semana pasada leíamos con estupor la noticia del asesinato a tiros de una mujer embarazada en Vinaròs. El asesino era su expareja. No ha sido el primer caso de muerte y ha habido varios casos de embarazadas heridas de gravedad a cuchilladas. A los medios de comunicación llegan solamente los casos más extremos, pero en las Asociaciones REDMADRE de toda España recibimos continuamente mujeres que refieren ser maltratadas por sus parejas (algunas antes, durante, y después del embarazo), otras relatan que el maltrato comenzó al conocer la noticia del embarazo. No todas tienen riesgo alto ni necesitan protección máxima, pero todos los hijos no nacidos tienen riesgo alto ya que el maltrato (físico o psicológico) puede provocar un aborto.

Invitamos a las personas que atienden a mujeres maltratadas (desde las instituciones públicas o privadas) a poner especial cuidado en el acompañamiento y valoración del riesgo para la gestante y su hijo. Invitamos también a las autoridades competentes a que promuevan campañas de visibilización de este caso tan concreto de maltrato a la mujer, que claramente se produce por el hecho de ser mujer y estar embarazada.