La defensa de la vida rebrota en occidente

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Avanza la opinión en favor de la vida y en contra del aborto en todo el mundo

Nicolás Jouve

Catedrático de Genética y presidente de CíViCa

De un tiempo a esta parte hay una tendencia creciente a favor de la vida que renace en EEUU y Europa y que está dando lugar a un avance hacia legislaciones más responsables y defensoras de la vida y de la maternidad, como lo reflejan encuestas de opinión, sentencias y resoluciones de importantes instituciones nacionales e internacionales.

Acaba de publicarse en la sección de sociedad de El País un extenso artículo de dos páginas titulado «La ofensiva antiaborto recorre Occidente», redactado por María R. Sahuquillo y David Alandete.

En el mismo, de forma realista aunque trufada de un tono de lamento y reproche hacia lo que los autores llaman la marea conservadora, se manifiesta un cambio de tendencia y se señalan las distintas iniciativas legislativas, cívicas y jurídicas que están produciendo un vuelco a favor de la protección del derecho a la vida en Estados Unidos y Europa. Se reconoce asimismo que las legislaciones que favorecen el aborto empiezan a retroceder al tiempo que crece un estado de opinión a favor de la dignidad de la vida humana que está persuadiendo a la Opinión Pública e influyendo en los legisladores. Algo que, efectivamente se nota en el ambiente social, cultural y político en España y de lo que los que defendemos la vida desde el inicio hasta el final nos alegramos.

Se pone de manifiesto en el artículo la preocupación de los sectores autodenominados «progresistas» por el avance de una opinión a favor de la vida y en contra del aborto y de los pretendidos avances en salud sexual y reproductiva, en las sociedades de los países más desarrollados.

Sin embargo, hay varios puntos que merece la pena comentar. Ya de entrada sorprende un poco el título del mencionado artículo al hablar de una ofensiva antiaborto, como si el aborto fuese un valor a defender, cuando lo que es de derecho natural es la defensa de la vida humana. También resulta aburrido el latiguillo de ?interrupción voluntaria del embarazo’, en lugar de ?aborto’, que es lo que es la eliminación de una vida humana en pleno período de desarrollo fetal.

Pero hay otro asunto de carácter científico que merece un comentario. En el primer párrafo del artículo se deja caer que «los grupos que se oponen abiertamente a estos derechos… se muestran sin complejos, con iniciativas para introducir en las leyes ideas como que la vida empieza con la concepción». Diremos, una vez más, sin complejos y con la voz bien alta, con la esperanza de que se entienda, que lo que es ideología es justo afirmar lo contrario.

Hoy nadie duda, desde los conocimientos biológicos, que la vida empieza con la concepción, que el cigoto es la primera manifestación corporal del ser humano, que es un embrión unicelular y que una vez constituido se pone en marcha el reloj de la vida. Todo lo que sucederá a continuación va a ser consecuencia de la expresión de la información genética, materializada en los 21.000 pares de genes, con sede en las moléculas de ADN recibidas de los parentales por ambas vías gaméticas.

Para la biología no hay dudas de que la vida de un ser vivo, pluricelular, con reproducción sexual, como es el caso de los seres humanos, se inicia al constituirse la identidad genética, propia y singular a la que corresponden las características orgánicas de la especie. Esto es así con independencia de que la fecundación haya tenido lugar de forma natural o por fecundación in vitro, ya que la naturaleza biológica del nuevo ser no depende del modo en que se haya producido la fecundación. Es una cuestión de biología no de tecnología. Cada embrión humano es una vida humana, con una identidad genética propia y singular y capacidad plena para empezar a desarrollarse de darse las condiciones necesarias para ello.

Por si quedase alguna duda, es bueno recordar lo que señaló al respecto el informe sobre la reforma de la Ley española del Aborto, hecho público por el Comité de Bioética de España en octubre de 2009, y en el que se señala: «El desarrollo embrionario y fetal puede considerarse un proceso en continuidad (un continuum, en palabras del Tribunal Constitucional) desde la fusión de los pronúcleos del espermatozoide y del óvulo hasta el parto. Desde esta perspectiva, su vida biológica puede identificarse en todo momento como una vida humana». Recordemos que este Comité de Bioética se constituyó en la etapa del Gobierno anterior y a raíz de la aprobación de la Ley 14/2007 de Investigación Biomédica.

Por otra parte es una gran noticia el vuelvo a favor de la vida en la opinión pública de los EE.UU, con relación a los años noventa. Sí en 1995, el 56% de los estadounidenses se manifestaba a favor de la legalización del aborto hoy ha bajado a tan solo un 41%, siendo un 50% quienes manifiestan estar en contra, según un sondeo anual de Gallup. La misma encuesta señala que esta tendencia se da incluso entre los votantes del partido demócrata, entre los que los partidarios del derecho al aborto han pasado del 68% al 58% en un año, mientras que los contrarios al aborto han crecido del 27% al 34%. Magnífica tendencia que solo se puede interpretar como una vuelta a la racionalidad, al humanitarismo y al sentido común. Esta tendencia tiene su reflejo también en Europa y en particular en España, donde las asociaciones pro-vida están logrando despertar a una sociedad indiferente ante el drama del aborto. Una excelente tendencia de crecimiento continuo que tiene su reflejo en las manifestaciones y concentraciones a favor de la vida en la última semana del mes de marzo y en otras múltiples ocasiones.

En este sentido debemos felicitarnos por la trayectoria reciente de las instituciones europeas en los asuntos de derechos humanos, y de defensa de la dignidad y de la vida humana, de los que señalaremos varios ejemplos.

  • En primer lugar, está la Resolución del Consejo de Europa del 7 de Octubre de 2010, que rechazaba el Informe McCafferty, que limitaba el derecho a la objeción de conciencia de los médicos y aprobaba una Resolución alternativa (nº 1763) titulada «Derecho a la objeción de conciencia en la atención médica».
  • En segundo lugar, la sentencia de la gran sala del Tribunal de Justicia Europeo del 14 de Octubre de 2011 desautorizando el uso de embriones humanos para investigación y obtención de patentes, que comentamos ampliamente en un artículo previo.
  • En tercer lugar, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, en su sesión del 25 de Enero de 2012, aprobó la resolución 1859 (2012) con el título de: «Proteger los derechos y la dignidad humana en consideración a los deseos previamente expresados por los pacientes», de acuerdo con la cual «la eutanasia, en el sentido de la muerte intencional, por acción u omisión, de un ser humano en función de su presunto beneficio, debe ser prohibida siempre». En relación con este asunto merece una mención especial el Diputado italiano Luca Volontè, Presidente del Grupo Popular de la Asamblea Parlamentaria, que promovió y logró la aprobación del punto 7 de la resolución que señala que no se deben admitir juicios generales de carácter social y que «en caso de duda, la decisión siempre debe ser pro-vida y a favor de la prolongación de la vida». Esta decisión ratificaba otras previas del mismo consejo, como la del 25 de Abril de 2005.
  • Finalmente, es de alabar la iniciativa ciudadana europea bajo el lema «No nos resignamos» que han encabezado los eurodiputados populares, el español Jaime Mayor Oreja y el italiano Carlo Casini, para comenzar a recoger firmas de ciudadanos europeos en contra del aborto y a favor del derecho a la vida en la UE. Un millón de firmas para que la Unión Europea no financie fuera de sus fronteras (en el ámbito de la cooperación internacional) proyectos para defender el aborto y otras formulaciones que atacan a la vida. Esta iniciativa, que aspira a recoger las firmas hasta mayo del año que viene, fue presentada en Madrid la última semana de Mayo, con ocasión del VI Congreso Mundial de Familia. Una iniciativa en todo caso de la sociedad civil y sin color político.

En breve se darán a conocer los detalles de esta Iniciativa Ciudadana y se abrirá el período de recogida de firmas a su favor en España y otros países de la UE. El objetivo de la misma, adelantado en la presentación en Madrid por el propio Jaime Mayor Oreja, es el de procurar: «La protección jurídica de la dignidad, del derecho a la vida y de la integridad de todo ser humano desde la concepción, en los ámbitos de competencia de la UE ahí donde la protección tiene una importancia particular». Objetivo que se describe de la siguiente manera: «El embrión humano merece respeto a su dignidad e integridad. Se estableció así en el caso de la CEJ donde se definió el embrión humano como el comienzo del desarrollo del ser humano. Para asegurar la coherencia en las áreas de su responsabilidad, la UE debería establecer una prohibición y poner fin a la financiación de actividades que suponen la destrucción de embriones humanos, en particular en los ámbitos de investigación, ayuda al desarrollo y salud pública».

Así pues, hay suficientes argumentos para animar al actual Gobierno de España y en especial al ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón a que siga en la misma dirección de las tendencias actuales de los países más desarrollados y a que emprenda su anunciada reforma legislativa sobre la Ley del Aborto, con el mismo ahínco con que defendió en el Parlamento la dignidad de la mujer de la que señaló que «uno de sus valores fundamentales, es el derecho a la maternidad».

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