Cáncer de mama y embarazo pueden ser compatibles. Dan fe de ello las 24 mujeres gestantes que padecían esta enfermedad y que desde 2006 han sido tratadas con éxito en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona. El programa nació a raíz de la convicción de los médicos de que el embarazo no empeora el pronóstico del cáncer de mama, el aborto no lo mejora y, además, es viable un tratamiento contra la enfermedad sin perjudicar al feto. Que se lo pregunten a Jesús, el bebé de una de las pacientes, que «está hecho un torito» a pesar de las 16 sesiones de quimioterapia a las que fue sometido junto a su madre. «Iba a poder con lo que me echaran», explicó otra feliz paciente, ahora ya con su bebé en brazos.
Ni que decir que el embarazo de estas pacientes no es un camino de rosas, ya que todas requieren un tratamiento muy exhaustivo. El equipo médico se decide a iniciar el tratamiento con quimioterapia o cirugía y se establecen los plazos que más convengan a madre e hijo. A partir de ahí, se establece un circuito por el cual cada vez que la mujer tiene que recibir quimioterapia, se le realiza una analítica, una ecografía fetal y es visitada por el obstetra y el oncólogo.
La clave del éxito de este programa multidisciplinar es el trabajo en equipo y la experiencia adquirida con los años, en los que se han ido integrando avances en el tratamiento de estas pacientes, como la biopsia selectiva del ganglio centinela, el tratamiento con quimioterapia basado en taxanos o el control ecocardiográfico fetal, entre otros. El cáncer diagnosticado durante el embarazo es poco frecuente, ya que se da en 2,3 casos de cada 100.000 mujeres, pero ha ido aumentando en los últimos años debido a que las féminas cada vez retrasan más el momento de la maternidad. En ese sentido, hace veinte años, el número de mujeres que se quedaban embarazadas sobre los 35 años era del 35%; ahora es la edad media en que las españolas tienen su primer hijo.
Fuente: lavozdigital
