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Yo Dona: La natalidad, en picado: «Si no quieres tener hijos, todo el mundo cree que eres rara. Te dicen ‘con lo guapa que eres…'»

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Artículo de Yo Dona. Por Mar Muñiz, el 28 de diciembre  2022

El mes pasado supimos que la población mundial alcanzaba los 8.000 millones de habitantes y, también, que en España la natalidad no cesa de bajar. En los últimos años el Instituto Nacional de Estadística (INE) ofrece datos que, décima arriba, décima abajo, señalan siempre lo mismo: cada vez nacen menos niños y las españolas cada vez los tienen más tarde.

Este organismo ha anunciado que 2021 es el año en el que se registró la cifra más baja de nacimientos desde 1941, tocando fondo por tercer año consecutivo. El número absoluto de bebés fue de 337.380 niños, un 1,15% menos que en el año de la pandemia. Durante los años 60 y gran parte de los 70 estos datos se mantuvieron en un nivel casi constante entre los 650 y 700 mil nacidos, es decir, el doble.

Las mujeres españolas son madres de su primer hijo con 32,05 años y, de media, tienen 1,16 niños (1,19 si incluimos las demás nacionalidades). Estas cifras, tan adelgazadas, están muy lejos de aquellas fotos en sepia con familias numerosas pero, también distan de las de 1975, con casi tres hijos de promedio (2,77%).

«Nadie pregunta a una mujer por qué sí quiere tener hijos»

Una encuesta realizada este año por Sigma Dos para YO DONA explicó alguna de las causas de esta realidad. Un tercio de los encuestados con hijos hubiera querido tener más, pero su situación económica puso freno a ampliar la familia. Las condiciones familiares o de pareja, y la falta de estabilidad laboral completan el pírrico pastel de la natalidad. No obstante, son las mujeres las que más hincapié hacen en el trabajo, puesto que perciben la maternidad como un impedimento par su carrera profesional.

De los preguntados, un 27,4% afirma que no tiene hijos, sencillamente, porque no quiere. Ni más, ni menos. Los que no tienen hijos reconocen sentir presión social por ello, aunque ese dedo señalador hace más mella en ellas: siete puntos más que en los hombres.

P. R. (mujer de 45 años) nunca ha querido niños, ni ahora que no tiene pareja estable ni cuando la tuvo. «Siempre lo he tenido muy claro», dice. Y claro, la pregunta de siempre: ¿por qué? «No tengo exactamente un motivo concreto. Cuando una mujer decide tener hijos, nadie le pregunta sus motivos. Sencillamente no me he planteado por qué no quiero tenerlos, igual que tampoco me he planteado estudiar chino».

Como muchas, se ha sentido juzgada por ello: «La familia, los amigos, los compañeros de trabajo… Todo el mundo te pregunta y se creen que eres rara. Tanto, que hasta te lo llegas a cuestionar. Te dicen ‘con lo guapa que eres…’, como si fuese normal no tenerlos si eres fea. Muchos creen que eres lesbiana, que te rompieron el corazón, que tienes un trauma familiar… La gente piensa de todo, menos que no quieres tenerlos, con lo sencillo que es», resopla. Y confirma la brecha de género en este asunto: «A mis amigos varones de mi misma edad sin hijos, nadie les pregunta», concluye.

«La maternidad es una opción, y no es la mía»

Clara M. tiene 42 años y aunque auguraron que le llegaría eso del instinto, no fue así. «Cuando era más joven parecía una decisión rebelde, pero jamás he sentido esa llamada», reconoce. Sabe que en otras familias más tradicionales que la suya, otras mujeres han vivido la presión de los hijos, pero por suerte, no ha sido su caso: «Mi madre quería ser abuela, claro, pero siempre me ha dicho que es mejor no tenerlos antes que una maternidad no deseada».

A este contexto familiar, se une que Clara está alineada con su marido. Él quizá los habría tenido, pero en todo caso siendo más joven. De este modo, el paso de los años le ha hecho converger con ella y su proyecto de vida. «Para mía la maternidad es solo una opción, y no es la mía, pero no soy una radical antimaternidad ni nada de eso», dice con firmeza. Por eso, nunca se ha sentido ofendida ante preguntas indiscretas.

¿Y la vejez, la soledad? «Tener hijos para que te cuiden es muy egoísta. Tampoco hubiera buscado una pareja para sentirme acompañada. Me han enseñado a ser independiente», cuenta.

Precariedad en las cuentas y en el trabajo

Lo de los niños y el pan debajo del brazo es poco más que un refrán. Andar pegado a fin de mes y no tener estabilidad laboral funcionan como eficientes anticonceptivos. Diana Oliver es periodista y autora de ‘Maternidades precarias’ (Arpa Editores, 2022), un libro en el que aborda, entre otras cuestiones, qué necesitan las familias para criar y de lo que, en cambio, tienen. El subtítulo, ‘Tener hijos en el mundo actual: entre el privilegio y la incertidumbre’, explica ya muchas cosas.

Procrear ya no es un mandado social tan implacable como antes, pero además, se han incorporado otros factores: «No solo la precariedad laboral y económica retrasa la maternidad. También influye el alargamiento de la juventud. Recibimos constantes mensajes sobre que siempre nos queda tiempo para pensar en los hijos, animándonos al desarrollo profesional y a disfrutar de la vida. Pero no es verdad, porque nosotras tenemos un reloj biológico», sostiene. La evidencia científica señala que los 35 son una edad clave a partir de la cual desciende significativamente la fertilidad de una mujer.

Y aquí, dice Oliver, «la industria de la reproducción asistida ha encontrado un filón», un sector que en España recae mayoritariamente en clínicas privadas (el 80%). «Hemos naturalizado recurrir a ella, pero el foco no debe estar ahí sino en subsanar por qué no podemos tener hijos antes si queremos», afirma. Además pone el acento en cierta banalización de estos procesos médicos: «Esos tratamientos atraviesan los cuerpos de las mujeres y son duros, aunque todavía no haya estudios sobre si tienen efectos a largo plazo».

Según datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), en 2020, con la evidente muesca de la pandemia y el cierre de estos centros médicos, se realizaron 153.300 tratamientos entre inseminaciones artificiales y fecundaciones in vitro. De ellos nacieron 30.500 bebés, un 8,4% del total de criaturas que vinieron al mundo durante el último trimestre de 2020 y los tres primeros de 2021.

Más protección para las embarazadas

La Fundación Redmadre presentó el mes pasado la 6ª edición del ‘Mapa de Maternidad’, un informe que mide el cuidado que las administraciones públicas dispensan a las embarazadas en situación de vulnerabilidad en España. Según sus datos, invirtieron solamente 5,5 millones de euros, lo que supone 13 euros por mujer.

María Torrego, presidenta de esta ONG, considera que nuestro país «sigue siendo una sociedad en deuda con la maternidad en casi todos los territorios», puesto que solo seis (Castilla y León, Andalucía, Galicia, País Vasco, Madrid y La Rioja) superan los 500.000 euros al año en ayudas. El informe, insisten, no alude a las mujeres en riesgo de exclusión social, atendidas por los Servicios Sociales de la Administración, sino a aquellas con dificultades para proseguir con su gestación.

Vistos los datos de la natalidad, la directora general, Amaya Azcona, señala un objetivo claro: considerar a las embarazadas en situación de vulnerabilidad y a las madres recientes con dificultades como un colectivo visible y beneficiario de políticas públicas.

«Valoramos iniciativas recientes como las de la Comunidad de Madrid [desde enero de 2022, las madres menores de 30 años con rentas inferiores a 30.000€ percibirán 500€ mensuales desde el quinto mes de embarazo hasta que el niño cumpla 2 años], pero el ideal es el modelo alemán. A través de una fundación federal, invierten 92 millones de euros al año para facilitar la continuación del embarazo y el cuidado de los niños pequeños», defiende Azcona.

 

Artículo de Yo Dona. Por Mar Muñiz, el 28 de diciembre  2022

 

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