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Ya iba camino del quirófano cuando me arrepentí

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Hoy por hoy,soy muy feliz de haber tomado esa decisión

Soy Rita, colombiana de 27 años. Llevo en España desde los 18, vine con un niño con mi pareja. Tanto mi pareja como yo trabajábamos. Yo de teleoperadora de una multinacional y mi pareja en una empresa de informática. A los 25 años me quedé embarazada.

¿Qué pensabas hacer?, ¿Qué te aconsejaba la gente de tu entorno?, ¿Qué sentías tú?

La situación era la siguiente. Teníamos que pagar una hipoteca, teníamos que hacernos cargo de un niño menor de edad y subsistir nosotros. A pesar de percibir dos salarios, no llegábamos a fin de mes. Cuando mi pareja se enteró de que estaba embarazada me dijo que no era el momento para tener otro niño. Yo le dije que sí que lo iba a tener y su respuesta fue dejarme sola con una hipoteca que pagar y un niño a mi cargo. Además, al dar la noticia en el trabajo de que estaba en estado, no me renovaron el contrato y me vi en la calle y sola, sin saber ¿Qué hacer?

Ante esta situación me asaltaban las dudas acerca de si tener o no tener al bebé. En mi interior sentí que debía tenerlo era una vida que quería cuidar, pero ¿cómo iba a superar los problemas?, ¿cómo iba a vivir, sin trabajo, sin ayuda y con todo lo que tenía que pagar? Primero decidí acudí a mi médico de cabecera buscando una solución. Lo único que me dijo fue que la única salida era deshacerme del bebé, es decir, abortar. Sin embargo, a mí no me convencía, yo quería que me ayudasen a tenerlo no a matarlo. Así que decidí intentarlo en los servicios sociales. Y de nuevo, la misma respuesta. Me dijeron que si yo decidía abortar ellos me podían financiar el aborto en una clínica privada, que en España no había ninguna ayuda para mujeres embarazadas.

Las dificultades me desbordaban y no conseguía una mano amiga que me ayudara. Así que viendo que la única ayuda que se me ofrecía era abortar, claudiqué y accedí a firmar los papeles que me facilitaron en los servicios sociales. Al cabo de 5 días fui a la clínica, me pusieron cita para abortar y cuando llegó el día, acudí. Cuando estaba dentro de la clínica, ya tenía la bata puesta e iba camino del quirófano. De repente me paré en la puerta y pedí ir al servicio. En cuanto perdí de vista a los médicos corrí al servicio, me cambié de ropa y salí a toda velocidad y llorando porque en ese momento recordé un aborto provocado que ya había tenido a las 16 años. Era como si volviese a revivir todo aquello y por eso salí corriendo, no quería vivir la misma experiencia que antaño.

¿Cómo conociste a REDMADRE?, ¿Cómo te ayudó?

Tras salir de allí fui a casa me metí en Internet y encontré a la Fundación REDMADRE. Llamé por teléfono y sólo pasaron dos horas cuando se presentaron en mi domicilio ofreciéndome toda la ayuda y el apoyo que yo necesitaba en aquel momento. REDMADRE me ayudó a buscar empleo, me apoyó psicológicamente para poder superar todo lo que había vivido. Nunca me dejaron sola, me acompañaron en todo momento, a visitas médicas o a lo que hiciese falta. Estuvieron conmigo el día del parto. Me dieron todos los enseres para el bebé: cuna, cochecito, ropita, etc. REDMADRE fue esa mano amiga de la que yo ansiaba apretar y no soltar. Esa mano que tiraba hacia arriba de mí y no me dejaba caer.

¿Cómo vives hoy tu día a día?

Hoy por hoy, tengo trabajo, tengo dos niños preciosos, tengo mi casa y soy muy feliz de haber tomado la decisión que tomé aquel día a las puertas del quirófano. Todo el esfuerzo y los problemas que tuve en aquel momento no valen nada comparado con la felicidad de ver la sonrisa de mi hija cada mañana.

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Teléfono: 918 33 32 18

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