«Pedí que me enseñaran la ecografía y ví que no era un coágulo de sangre»

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Para Anaí, ver la ecografía de su hijo fue decisivo a la hora de no abortar. En la misma sala del quirófano, con la bata puesta, la camilla preparada y esperándola; habiendo firmado su consentimiento para que le practicaran el aborto y con los ojos bañados en lágrimas pide que le dejen ver la ecografía. Le habían dicho que era un coágulo de sangre, que no se preocupara; al verla sólo pudo decir ?Es un bebé, tiene una vida y no puedo matarlo?.

Ecuatoriana de 31 años, con un hijo de 9, sin familia en España, con un pasado de maltratos psicológicos y físicos por parte de su expareja a la que deportan a Ecuador por maltratador hace tres años; su cuerpo recoge 5 puñaladas: una en la mano, dos en la pierna y otras dos en la espalda. Recibía palizas continuas incluso estando embarazada, la última 15 días después de dar a luz a su primer hijo.

Con esta experiencia de Vida Anaí desechó la idea de volver a tener pareja y por tanto a tener más hijos. Sin embargo, un joven ecuatoriano aparece, se preocupa por ella, la trata bien, y atiende y acepta a su hijo. A los 7 meses de convivir se vuelven a repetir los episodios de maltratos, sin embargo se disculpa y le manifiesta a Anaí su deseo de tener otro hijo y aunque ella no quería se queda embarazada. 15 días después su pareja cambia de opinión y decide que no es su momento de ser padre, quiere rehacer su vida y por tanto si decide tenerlo, lo tendrá que hacer sola. Cierra la puerta de su casa y se va con maleta en mano para no volver.

Comienza la cuenta atrás

En ese momento Anaí se ve sola, con otro hijo que atender, un alquiler que pagar y con un empleo temporal de ayudante de cocina, del que no la llaman desde que se enteran que se ha quedado embarazada.

El martes de esa misma semana acude a su médico de cabecera, quien le confirma su embarazo. Cuando Anaí manifiesta que no puede tenerlo, – no porque corra riesgo su salud física o psíquica, ni porque venga con malformación, ni porque la hayan violado (casos todos ellos en los que no estaría justificado moralmente el aborto)-, sino porque no es un buen momento, el médico le ofrece el aborto y le pide que se decida rápido porque aún están a tiempo de ‘quitarle’ el problema. Ella se encontraba de dos meses y cuatro días de gestación. ?Fue ahí cuando me enteré de que la Seguridad Social paga los abortos?, aclara Anaí, a quien el médico le concierta una cita con su asistente social ese mismo jueves.

El jueves a las 10:00 de la mañana Anaí se entrevista con el Asistente Social y le pide orientación acerca de las ayudas a las que poder acceder para tener a su hijo. La respuesta que recibe es que no existen ayudas estatales para mujeres embarazadas y que la opción que tiene es abortar. ?Le pregunté si los 400 euros que me iban a dar para pagar el aborto me lo podían dar para tener a mi bebé, y me dijeron que no?. Ella intentaba aferrarse a cualquier cosa para tener a su bebé, pero sólo recibe una información: el aborto. Anaí sale de la consulta llorando y con una cita para el sábado en la clínica Isadora para que le practiquen el aborto. Sin embargo, le cambian el turno de trabajo, así que llama a la clínica para pedir que le cambien de día y le adelantan el aborto al viernes. 

El viernes a las 10:00 de la mañana se encuentra en la sala de espera de la clínica Isadora,- conocida por practicar un gran número de abortos-, junto con 5 mujeres más para ser intervenida. En esa sala Anaí recuerda ?había una mujer de 40 años embarazada de 6 meses que quería tener a su hijo, pero no podía?. Le llega el turno, le hacen la ecografía, no le preguntan si desea verla ni se la enseñan, tan sólo le ofrecen la posibilidad de pasar con el psicólogo a la vista de que Anaí no para de llorar desde que entra en la clínica. Pero ella, desecha la opción del psicólogo, pues tiene claro que ese no es el problema. La pasan al quirófano, le dan la bata y antes de tumbarse en la camilla pregunta de cuántas semanas está y pide que le enseñen la ecografía. La enfermera que la está atendiendo al verla tan desconsolada le dice que está de dos meses y cuatro semanas, que no debe preocuparse, que no es más que un coágulo de sangre. Cuando Anaí contempla la ecografía sólo pudo decir ?Es un bebé, tiene una vida y no puedo matarlo?.

Ecografía de Anaí a los dos meses y cuatro días 

 

Ecografías de Alexandra0001

  Ecografía de Anaí a los 3 meses

 

Ecografías de Alexandra0002

La sacan del quirófano y la llevan a otro cuarto, donde le preguntan si está segura de no querer abortar. Le ofrecen pensárselo mejor, hasta las tres de la tarde tiene tiempo de volver a llamar y pedir el aborto. Hasta ese momento y a pesar de que Anaí reitera su voluntad de recibir alguna ayuda para tener a su hijo, nadie le ha hablado de asociaciones o entidades que ayudan a la mujer embarazada en dificultades como REDMADRE. Es cuando decide no abortar, el momento en el que recibe el sobre de la Comunidad de Madrid con las entidades que están dispuestas a echar una mano a cualquier embarazada que solicite su ayuda. ¿por qué, no se le ha ofrecido a Anaí este sobre antes, cuando sí hay obligación por parte de los hospitales y médicos de dar esa información?

Hoy Anaí está siendo atendida por REDMADRE, tiene problemas, un pasado lleno de sufrimiento, un futuro incierto, un alquiler que pagar, un niño que mantener y sin un trabajo; pero también tiene la conciencia tranquila y una sonrisa que no le entra en la cara, cuando habla de su futuro bebé. En este caso la obstinación de Anaí por ver la ecografía de su bebé ha hecho que hoy siga esperando ver su carita, pero muchas otras mujeres no verán la cara, ni los pies, ni las manos de sus hijos, que fueron diagnosticados como ?coágulos de sangre?.

Fuente: Fundación REDMADRE

Información y libertad

En REDMADRE tenemos bien claro, por la experiencia de trabajo con mujeres que viven el drama de enfrentarse a un embarazo imprevisto y con problemas, que si se les oculta la información completa y veraz que necesitan para enfrentarse a la durísima decisión de abortar, se les está privando del ejercicio de su libertad. En REDMADRE sabemos también que la ecografía es una maravillosa herramienta para ofrecer a la mujer parte de esa información tan necesaria. Por eso en REDMADRE ofrecemos a todas las mujeres con las que trabajamos, además de nuestro apoyo y cariño, la posibilidad de ver la ecografía de su embarazo, sin presionarlas ni obligarlas, pues nos estaríamos poniendo al mismo nivel de los que las fuerzan y obligan a abortar. 

 


 

 Carmina García-Valdés

 Directora General Fundación RedMadre

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