Sufrimiento del embrión

El sistema nervioso del embrión empieza a constituirse desde las primeras semanas, lo que le permite moverse, percibir estímulos y desarrollarse. Cuando se unen el espermatozoide y el óvulo, en la trompa de Falopio, la célula que se forma (cigoto), antes de dividirse, ya tiene los 46 cromosomas que nos definen como seres humanos y su propio código genético (ADN) distinto del de la madre y del padre. Desde la genética y la embriología existen evidencias científicas suficientes para afirmar que el embrión es un ser humano único e irrepetible.
Desde la primera célula ya está constituido el nuevo cuerpo humano, ya que se inicia un proceso continuo de formación y cambio desde el primer instante, obedeciendo a distintos procesos químicos y físicos. Está bien descrito cómo esa primera célula se comporta como un organismo entero, está polarizada en forma de cabeza y cuerpo, para desarrollar lo que tú y yo somos ahora. Esa primera célula es muy distinta a cualquier otra célula de tu cuerpo, ya que ninguna otra puede crecer para formar un ser humano nuevo. Poco a poco se va diferenciando y da lugar al embrión
Cuando el feto es abortado, es cierto que quizá no sea consciente de ese dolor, pero tampoco lo es un recién nacido, no tiene memoria, pero sentir, siente. Está grabado que el feto, en el primer trimestre de embarazo, tiene sentido de supervivencia y evade los instrumentos quirúrgicos que lo dañan durante el aborto. La comunidad científica acepta, casi en su mayoría, que a partir de la semana 20 el feto siente dolor. De hecho, en algún estado americano se está intentando prohibir el aborto a partir de esa semana. Además, ya empieza a haber evidencias de que podría sentir dolor a partir del segundo mes de embarazo. En realidad, cuando un feto se opera intrauterino (por ejemplo de espina bífida o del corazón) los médicos lo sedan para asegurarse de que no sentirá dolor. En ciertos estados americanos, a la mujer se le ofrece la posibilidad de sedar al feto para que no sufra durante un aborto. Véase la Web: http://www.health.state.mn.us/wrtk/handbookspa.html
Si te fijas en tu ecografía podrás ver el corazón, los brazos y las piernas, es decir, un ser humano en crecimiento. Cuando nos encontramos con una mujer embarazada, le preguntamos por su hijo. Damos por supuesto que lo que espera es un hijo no un amasijo de células. Cuando una mujer pierde un hijo en un aborto espontáneo, su entorno familiar y médico reconocen su pérdida. Reconocen que ha perdido un hijo y que lo normal es que pase un duelo más o menos largo por ello.